viernes, 25 de marzo de 2011

LAGUNA DE SAN MARCOS, FRÍO PARAÍSO TERRENAL

Las lecturas del GPS
Soy honesto, en mi otra vida quizá haya sido un explorador que iba de ruina en ruina investigando viejas civilizaciones, con el lodo hasta el cuello y sin más ayuda que mi sombrero, mi brújula y una cantimplora llena de agua. En esta vida, como que las cosas para mí son diferentes; aunque tengo la inquietud de salir a conocer nuevos paisajes o visitar lugares paradisíacos, siempre necesito alguien que me empuje a la aventura, pocas veces he tomado a "La Poderosa" (mi MTB Trek) en solitario y he salido sin rumbo fijo. Es común que antes de empezar algún recorrido bicicletero averigue dónde, con quien y cómo voy a emprender el recorrido que, la mayoría de veces es en grupo.

En esta ocasión no viajé en "La Poderosa", pero fue una buena experiencia para conocer nuevas rutas que, quizá próximamente, pueda recorrer en bicicleta.  

Sin mucha planificación y luego de lidiar con el tráfico característico de la época de carnaval,  llegué a la Laguna de San Marcos, que está a 3 400 metros de altura y es parte de la reserva Cayambe-Coca, en la provincia de Imbabura y queda justo a los pies del nevado Cayambe.




El costo de ingreso al parque es de USD 2 por persona y la vía que va desde el la garita de entrada hasta la laguna está en buenas condiciones, básicamente por el material con el que está hecho, algo así como tierra volcánica que se asienta con la leve lluvia que permanentemente cae en el sector.

La recomendación de cajón es llevar ropa abrigada, gorro, guantes, lo que sea, porque el viento helado sopla desde todos lados. En el lugar se puede acampar, pero lastimosamente no se encuentra la infraestructura más escencial para tener un alojamiento cómodo. Hablo por ejemplo de baterías sanitarias portátiles o algún tipo de comunicación con los guardias, mesas de picnic, basureros... en resumen, algún valor agregado que atraiga y brinde cierto tipo de comodidad al turista.

Otro consejo es llevar una buena cámara de fotos. El paisaje es definitivamente espectacular, y sacar buenas fotografías es una excelente actividad para olvidarse del frío de esa región del país. También hay que tomar en cuenta que, aunque como dije la vía está en muy buen estado, es preferible ir en un auto con suspensión elevada, ya que nunca se sabe si la vía se puede tornar lodosa.

Mi estadía en el sitio no fue de más de una hora, más bien la idea era hacer un reconocimiento del terreno para, en algún momento, regresar y acampar, así que volví por las mismas trayendo estas fotos de los insuperables paisajes que encontré en este rincón de Imbabura, mi provincia favorita.




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